Halloween es una fecha marcada por la fascinación hacia lo paranormal y el misticismo, pero en algunos cementerios de América Latina, esta celebración se ha teñido de una realidad mucho más inquietante. Cada año, en la noche del 31 de octubre, surgen reportes de prácticas que traspasan el límite de lo inusual, convirtiendo a los cementerios en escenario de rituales perturbadores.
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| Cementerio de Caacupé |
En varios puntos del país, y en especial en Caacupé, conocida como la capital espiritual de Paraguay, testigos y residentes han reportado la presencia de personas que ingresan al camposanto en plena madrugada para realizar ceremonias de magia negra y otros actos de connotación oscura. Se han hallado velas negras, círculos dibujados en la tierra y restos de animales sacrificados, señales que inquietan a la comunidad y generan desconcierto entre quienes mantienen el respeto por estos espacios sagrados.
Las autoridades, preocupadas por el daño y la alteración del lugar, han redoblado las medidas de seguridad para evitar incidentes mayores y preservar el descanso de los difuntos. Sin embargo, la policía enfrenta un desafío para controlar los accesos en estas fechas, ya que las actividades suelen suceder en la madrugada, cuando el cementerio queda en completa penumbra.
Vecinos expresan temor y rechazo a estos rituales que, para algunos, trascienden lo simbólico y representan un peligro real. A medida que se acerca el Día de Todos los Santos, Caacupé y otras comunidades en todo el país observan con atención, esperando que el respeto y la paz prevalezcan en esta noche en la que lo desconocido parece cobrar vida.